El hombre abrió la puerta
una casa sola una tarde de invierno
tras la ventana podía divisar el jardín
tras el jardín los abetos
tras los abetos los cirros
pintados como algodones en el cielo
La casa helada una tarde de invierno
Se sacó el abrigo encendió el fuego
caminó x el pasillo principal
contempló su alcoba la pieza de los niños
miro de reojo una revista
Cruzó el cuarto de visita del cual
abrió la puerta y delante el patio
despojado de cualquier recuerdo
encontró su perro se saludaron
olvidó x esa tarde el pasado
por un minuto observó los cirros
y con ellos la vida que seguía delante
ALFREDO POO@2010
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